lunes, 18 de marzo de 2013

NO HAY NADA QUE TEMER



          En el tránsito de la experiencia del día a día esta oración:“NO HAY NADA QUE TEMER”,retumbó en mis oídos fuertemente, con un sentimiento asociado, un sentimiento de infidelidad, de engaño, de confusión.
         El Padre me dice una y mil veces: NO HAY NADA QUE TEMER, y yo infiel, confundido/a, PENSADOR/A, no lo creo...... ¿y por qué?
     He ahí el inicio de todo, un pensamiento, un ¿por qué? que quiere respuesta, una valoración a un resultado.
        La mayoría de nosotros experimentamos estas emociones, esta dualidad, esta confusión, esta infidelidad repetida a Dios, es su promesa y yo no le creo e incrédulo/a e infiel pongo mi futuro en “mis valoraciones” en lugar de Sus Manos.
  Y claro en esta locura de pensamientos ocultamos con una cortina de preguntas/pensamientos la “realidad” del Hijo de Dios:
  • ¿cuánto espero por Dios?,
  • Dios “entiende” lo que “yo” necesito,
  • él es Dios y mi vida “humana” ¿la entiende?,
y un sin fin de interrogantes que en definitiva engloban el pensamiento que me impide sentir mi realidad:

LA VALORACIÓN DE UN RESULTADO QUE QUIERO Y QUE SIENTO QUE A LO MEJOR DIOS NO ENTIENDE.

            Al  SENTIR “miedo” es el miedo a desconocer lo que el “futuro” me puede traer, a lo que considero es un desconocido. En estos días a nivel de país, de colectivo, ese es el miedo, se esté del lado que se esté, es el miedo a que “algo” que yo quiero no se dé, sea ese “algo” un país con un régimen de tal o cual forma, sea ese “algo”  un trabajo de tal o cual manera, sea ese “algo”  el resultado de esa evaluación anual de trabajo, sea ese “algo”  ese resultado médico, o esa nota de un examen, o ese resultado de una prueba de admisión, los estudios mis hijos,  las relaciones de mis hijos, sea ese “algo”  la vida en pareja (se tenga o no), sea ese “algo”  lo que considero “sueños, deseos” que quiero realizar, la posibilidad de pérdidas en cualquier forma (bienes, salud, afectos, familia, etc.).
            Y entonces entra un “desespero” en nuestra creencia del tiempo por saber: CUANDO, COMO, SI o NO, Etc.. Y de ahí no nos puede extrañar esa fascinación por intentar predecir el futuro, saber que me trae en una loca ilusión dentro de la ilusión de ver si lo puedo cambiar, si puedo hacer algo.
            Y ahí, cuando paramos la carrera loca del pensamiento nos damos cuenta de algo, TODO LO ANTERIOR ES UN ROSARIO DE PENSAMIENTOS, pensamientos que como eslabones de una cadena se unen uno a uno y casi sin darnos cuenta nos envuelve y nos inmoviliza en el mayor pánico, terror, que surgen de nuestro pasado para proyectarse al incierto futuro de temor porque “permití” la entrada del pensamiento INFIEL de que Dios me puede fallar, o de que su promesa de: NO TIENES NADA QUE TEMER, a lo mejor no es conmigo, y ahí me doy cuenta de que ese es otro pensamiento, el pensamiento que tan bien expone Jesús en esa lección 48: Pero a los que quieren que las ilusiones sean verdad les es muy difícil reconocerlo.
            Queremos que las ilusiones sean verdad, y ahí otro pensamiento: ¿pero no es eso vivir, tener, experimentar lograr, etc.,? y nadie ni Jesús dice que no, lo que nos dice es no LO VALORES como origen, fuente, sustento de tu felicidad, de tu realización, de tus logros. Entrega la valoración, siente la realidad de lo que eres y EXPERIMENTA que como HIJO DE DIOS ya lo eres y lo tienes todo, todo está por añadidura, cuando valoras disparas el programa que creaste al sentirte “separado de Dios” y así la ilusión no te va a dar lo que tu eres.
            Y como la arcilla en manos de un alfarero que se amasa y se amasa, que se forma y se deforma hasta que empieza a tomar forma, así mismo repetiremos, amasaremos, amoldaremos una y un millón de veces:
ALERTA, SILENCIEMOS LA MENTE, EN EL AQUÍ Y EL AHORA, BORREMOS SANEMOS LAS EMOCIONES QUE GENERAN ESOS PENSAMIENTOS Y EN ESE SILENCIO DEJEMOS QUE ACTUE EL HIJO/A DE DIOS PARA SENTIR SIN DUDA, EN GOZO, EN PAZ: NO HAY NADA QUE TEMER, MI FUTURO ESTA EN MANOS DE DIOS, SOY TAL COMO EL ME CREO, SU AMOR ES MI FORTALEZA, ES MI ABUNDANCIA, SOY LA LUZ EN EL, SOY SU TESORO, SOY SU EMANACIÓN DE AMOR.
            No lo dejemos para después, no hagamos como los bodegueros que ponían en las bodeguitas el cartel: “Hoy no fio, mañana sí” , no hagamos nosotros lo mismo: “Hoy no Soy Hijo de Dios, mañana sí”, nuestra herencia, nuestro tesoro, nuestro verdadero SER, está YA, lo quiera vivir o no, lo quiera experimentar o no, no tengo que esperar nada para serlo, es YA, lo único que tengo que hacer es decir SI, ponerme alerta, SENTIR mis miedos, agotarlos, llorarlos, y así quito la cortina, la cadena de pensamientos con los que tapé al HIJO DE DIOS, para vivir aquí en la tierra como en el Cielo, y eso no es más que atravesar la puerta estrecha del sentir y darme cuenta que la inmensidad del Padre y del Hijo/a es una sola y que ciertamente: NO HAY NADA QUE TEMER.

“Señor Dios de mi SER, Sé que Soy tu hijo, quiero vivirlo sentirlo y experimentarlo aquí en la tierra como en el cielo ya y que no se me olvide”     


             Y esto está a tono:


”Recomiendo que nos despertemos ahora mismo.
Es como si dijésemos:
"Hola. Buenos Días. El desayuno está listo."
Y se ha preparado lo que más te gusta.
¿Notaste que tienes hambre?
Eso es bueno. Ten hambre de tu verdadera naturaleza.
John Morton”
 

Tengamos hambre de Nuestra Naturaleza, hambre del HIJO DE DIOS.

"El que mira afuera sueña, el que mira adentro despierta " Jung              

            Con todo mi amor, mil bendiciones:

            Candy Lucía